martes, 19 de julio de 2022

Toda una vida echando pata

Sobre el Encuentro de Caminantes en Abejorral.


 JoseFercho llega sonriente, dispuesto a participar en el encuentro, pero muy cansado de un largo viaje en bus desde su casa al lugar del evento.

 Desde el momento en que sale de su casa a tomar el transporte para hacer el viaje, siente que deja atrás sus penas y sus apegos, pero no su equipaje.

 Su vivienda es humilde y su seguridad es escasa, cosa que le inquieta pues allí solo quedan los perros con sus migajas.

 El vehículo arranca al caer la tarde, cuando ya los rayos del sol se confunden con la luz de las luciérnagas que noctámbulas buscan con su brillar, propagar su raza.

 El viaje inicia bajo una fuerte lluvia que presagia frio y un caminar despacio, sin embargo, el ánimo no desmaya. Vecinos y compañeros hacen sus oraciones y predican sus buenos deseos para tan largo viaje.

 Cuando cruzamos los brazos para abrazarnos y darnos calor, entendemos que el frio está haciendo su labor, las fronteras invisibles marcan distancia entre tú y yo, aunque en el bus estemos acosados los dos.

 Muchas vías están polvorientas, sin pavimento y sin razón; pues llevan años trabajando en ellas con tesón.

 Luego de varias paradas a desayunar, almorzar, cenar y descansar, llegamos al lugar.

 Con las nalgas y la espalda adoloridas, nos bajamos del bus en busca de la guarida, donde iríamos a pernoctar, pues a la mañana siguiente tendríamos que madrugar.

 Así comenzó el día, muy de mañana y con ganas de salir a caminar.

 Esta es una fabulosa aventura colectiva protagonizada por miles de personas que, a lo largo del tiempo, han rescatado y protegido los caminos, así han hecho posible los encuentros.

 Observadores de paisajes de montaña, de valles, ríos y caminos que llenan de energía a sus visitantes, quienes se concentran en los enclaves más apartados donde la paz y la sabiduría se refugian en tiempos difíciles.

 Gente común que, como tú y yo, sus nombres en muchos casos no los registra la historia, pero que, en mucho, somos esos escritores de nuestra propia historia, unos auténticos protagonistas de este proyecto de vida. 



 

JoseFercho ZamPer


Cerro San Vicente.

 Salimos pasadas las cinco de la mañana montados en una “chiva” o “bus escalera” como símbolo de la colombianidad. Para mi era la primera vez que me subía a ese animal. Valga la pena recalcar que, andando a la velocidad como corría y a la estrechez de la vía, tenía la comida del día anterior a punto de expulsión, lo mismo que mi “Valía”. Según yo, un filósofo natural, “la valía de un hombre se mide por la capacidad de soportar la dificultad”. Lo que equivale a decir “tener güevos”.

 Una hora después llegamos al sitio de inicio de la aventura, en donde con un tinto y una empanada me ajustaron el estómago, dejándolo listo para la caminata. Esta era una casa humilde pero grande, como son las casas de campo. Los invito a mi casa, nos dice entre risas la anfitriona, mientras extiende su mano y señala una banca de madera grande y desgastada por el paso de los años, además del sol y el agua que allí le caía de frente. Las llantas de carro también sirven de sillas improvisadas en el exterior de la vivienda. Desde allí, se contempla una hermosa vista de fondo, unas montañas a lo lejos, las que le dan un toque mágico aterrador, no son más los lujos.

 La familia es lo primero, nos dice ella, dos hijas jóvenes y un hijo mayor de edad, además de su esposo, quien estaba atariado en las labores del campo; son todo su capital.

 Nos costó años de trabajo lograr levantar la finca que nos dejaron nuestros padres, los padres de la pareja. “Fue súper duro, tener lo que hoy tenemos” esa es la verdad, dice con un dejo en su voz. Es muy complicado para uno de joven obtener ayudas o créditos del estado, por lo que hay que hacerlo a punta de fuerza de voluntad y trabajo. Más ahora ya hemos podido llevar los hijos a la escuela para que logren el bachillerato, al menos.

 La mayor riqueza que tenemos es el amor de la familia, nosotros nos ayudamos entre todos y nos sentimos felices”, somos varios de la familia quienes vivimos en esta vereda. A pesar de las dificultades miramos hacia adelante. Al momento salimos felices a disfrutar del paisaje que nos animaba a la distancia. 

 En medio de la mirada atónita y tras varias horas de travesía a través de trochas llenas de barro, llegamos a esa hermosa montaña llamada “Cerro de San Vicente”.

 El impacto a la vista es mágico, “cuando se está allí, prácticamente se pierde la noción del resto del mundo” solo existe ese paisaje.

 


 

El panorama nos dejó con la boca abierta y un gran vacío en el interior, el abismo infinito a su alrededor nos hacía aferrarnos con mayor entusiasmo al bastón.

 

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Cañón del Circia.

 Era una mujer joven pero muy aburrida, ella duerme sola porque no le gusta la compañía, eso dice ella. Hace diez meses su marido se largó para la pm; nos dice la mujer, con rabia en sus ojos. Y desde entonces no le ha llegado ni una carta ni nada, eso es lo que la tiene así de aburrida, pues no sabe que hacer al respecto.

 - Ya no soporto la monotonía de la vida, dice. Aquí esperando acontecimientos, sin salir de casa para evitar murmuraciones. No hay mucho que hacer. Por eso le alegra recibir visitas de quienes vienen de lejos, por si alguien le trae alguna razón de él. La falta del estado nos ha dejado a merced de los malos, razón por la cual mi marido se tuvo que ir con ellos pal monte. Fueron sus comentarios y no dijo mas nada, pero al rato salió con sus botas puestas y nos acompañó a caminar por los barriales de la vereda, para distraerse y darle oxigeno a sus pulmones, nos contó al final del camino.

 Después de una hora en chiva, llegamos a “Pantanillo”, un corregimiento en la cima de una montaña de esa región. La población de allí trabajan en favor de la paz y la legalidad. A pesar de que la mayoría de las regiones están muy mal, además de la falta de vías de comunicación en buen estado.

 Aunque las crisis nos hacen más fuertes, parece que la capacidad de soportar de los pueblos llega a su límite. La fe se desvanece en la medida que no se ven respuestas a las necesidades.

 Parece que las medidas que se toman no son garantía suficiente para que el conflicto desaparezca. La verdad es que no sé si yo alcanzaré a ver la solución a las dificultades que vive nuestro país”. Comenta sobre su región.

 Necesitamos reparar el tejido social y hacerles frente a los problemas que nos aquejan, si en realidad queremos ver las respuestas en el territorio que habitamos.

 Por estas montañas gracias a Dios ya no hay violencia como lo hubo antes, ahora la gente se puede dedicar a trabajar sus tierras y recoger las cosechas, y a proteger la biodiversidad que nos rodea, como lo son la abundante cantidad de pájaros que hay, además de las muchas fuentes de agua y cascadas naturales con las que se adorna el paisaje.

 Para esto es importante desligarse de los que prometen y no cumplen en épocas de elecciones, si escuchamos su discurso, les pedimos que no se olviden de que hay que ser realistas y cumplir con sus promesas, de lo contrario, no tendrán nuestro apoyo. Una dura realidad es la que viven muchas regiones del país, quienes por su precaria situación económica han permanecido en estado de abandono casi total.

Es lógico pensar que estas situaciones repetidas a lo largo del tiempo provoquen mecanismos de defensa de los pueblos en contra del estado. Así es como se ha aprendido a sobrellevar el hambre desde que nacimos. ¿Por qué? Porque se necesita adaptarse a la situación y sobrevivir. Termina así su relato.

 Caminamos por potreros, caminos y carreteras llenas de charcos por tanta lluvia, pero me llamó mucho la atención el ver tantas viviendas por toda esta región. A pesar del clima y la dificultad del terreno, pues son montañas bastante empinadas, a pesar de eso, casi todo se ve cultivado, con café, plátano, caña de azúcar y cítricos. Es de resaltar la tenacidad de sus pobladores, y su gran capacidad de trabajo y adaptación al medio.

 Luego de tomar la lonchera en una de esas casas a la vera del camino, continuamos bajando hasta lo profundo del cañón, allí atravesamos una quebrada un tanto crecida, cogidos de un lazo que se atravesó para facilitar el paso, ya que el agua bajaba con buena fuerza.

 



 Siendo honestos, la dificultad en cuanto a las vías de esta región es muy alta, difícilmente podíamos caminar en medio de tanto barro. Pero ya al llegar a la finca del “gringo”, la carretera mejoró el caminar.

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Las Dantas

 La Mente es Maravillosa, pero el principal factor de riesgo de las personas es la mente.

 Los científicos han conseguido que los seres vivos prolonguen un tanto sus días sobre la tierra, pero una cosa es hacerlo a punta de tratamientos con drogas y otros suplementos alimenticios, y otra es lograrlo de manera natural y segura a través del estilo de vida de las personas.

 Es normal que, el ser humano en su proceso básico de vida se vaya sintiendo disminuido en sus capacidades físicas por las diversas actividades de la vida, pero si se tiene cuidado de su actividad física y alimenticia, podríamos prolongar nuestra salud y bienestar por más años de manera natural y segura.

 En definitiva, para poder alcanzar una mejor salud y vivir más años de manera digna lo mejor es caminar.

 Los habitantes de las grandes ciudades viven bajo constante estrechez y estrés en las calles, en el transporte, en sus trabajos, hasta en casa, debido a tanto acoso laboral, socio cultural represivo. En medio de dicha tormenta, el escape está en salir al campo, como iniciativa para impedir un colapso de la salud mental y física.

 No se Preocupen por Nada; pero, oren por todo; porque las batallas que se originan en la mente pueden determinar el éxito o el fracaso en la vida. Si sabes sobreponerte a todo lo negativo que diariamente irrumpe contra ti, tratando de dominar tus emociones y llevarte a equivocaciones, habrás encontrado la clave para hallar la paz interior y tener una vida de éxito. La victoria o la derrota comienzan en tu mente.

 Sin embargo, siempre estamos en medio de todas estas condiciones que pueden estimularnos, inhibirnos, hacernos sentir felices, estresados, tristes o excitados.

 ¿Y qué son las dantas, una vereda, una quebrada o un animal? Le pregunté al guía.

Todo eso, además, también es el nombre de esta ruta, me respondió.

 Luego fue explicando sobre el tema hasta llegar a entender que, en verdad es un animal, una vereda y una quebrada, la ruta y todo lo demas.

 Como los días anteriores, salimos en chiva hasta el inicio de ruta, hacía un clima suave y fresco, y el paisaje era realmente maravilloso. El barro disminuyó, el camino era mejor, más despejado y vistoso.

 Caminamos por bajadas, subidas, en lo plano, por quebradas y también por charcos; de todo hubo, como en botica. En honor a los caminos, fue el más hermoso para mí.

 


 Tomamos merienda en una finca bastante retirada, gente muy amable y cordial. Por allí lo cultivos eran mas escasos, pues la mayoría era montaña de vegetación nativa, y potreros con algún ganado vacuno.

 A la verdad, disfruté bastante esas travesías, todo, el paisaje, la gente, el clima y demás actividades realizadas.

 Cada día creo que, depende de uno mismo el disfrutar de la vida. Cada cosa por sencilla que sea, la compañía, la charla, los caminos y sus dificultades, el sol, la lluvia, el barro y todo lo que vivimos en el día a día, si lo sabemos disfrutar, si tomamos lo bueno y desechamos lo malo, con seguridad, siempre nos quedará un saldo a nuestro favor.

 Quiero agradecer a mis compañeros de “Pasos Comuneros” y a todos con quienes anduve en Abejorral, en sus rutas y calles, a cada lugar donde estuve, a quienes nos acogieron con cariño y hospitalidad. A todos ellos, y a los organizadores del evento; muchas gracias.

 Y como me dijo un campesino, Toda la vida echando pata, y méreme, ahí estoy todo buenecito.

 

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Julio de 2022

JoseFercho ZamPer

lunes, 23 de mayo de 2022

Subiendo la montaña.

 



Caminar por la montaña puede mejorar la vida de las personas, porque nos permite ver otra perspectiva de los problemas que nos acontecen a diario, pues reduce los niveles de estrés.


Todos los que hemos caminado en las montañas sabemos que cada día que subimos allí arriba es especial, pero también sabemos que tiene sus dificultades.


No importa la edad, puedes caminar a pesar de ella, porque para llegar a la cima, solo debes echar pata un poco de tiempo, eso sí, debes estar en forma y tener una actitud positiva. La montaña es exigente, pero a cambio, te mostrará otro punto de vista de las cosas. 


El domingo en la mañana salí a caminar a la montaña, acompañado de un buen grupo de amigos, eso sí, todos tesos pa echar pata. Los unos decían “Apúrele mano” y los otros “Pasos Comuneros “.


El esfuerzo hecho subiendo la loma nos dejó sin aliento, nuestros pensamientos se transformaron en sudor y lágrimas, por lo que, ninguno pensaba en sus problemas cotidianos, pues estábamos centrados en el camino para no caer.


Subimos y subimos por montes llenos de maleza y cultivos de maíz, la forma de escalar al siguiente piso de la roca era por unas escaleras metálicas y otras de madera ya casi derruidas por las lluvias, luego de un cafetal llegamos a la cima, después de tres horas y algo más de caminar. 


Allí en la cima del monte hay una tienda en donde pudimos comer y beber hasta recuperar fuerzas para continuar adelante hasta el lugar de llegada.



 La naturaleza es pródiga por estos lares, genial para la salud mental, porque nos “limpia la cabeza” de tantas  telarañas que se nos han acumulado por los malos pensamientos y la contaminación de la ciudad, donde la prisa y la rutina nos agobia.


Al caminar por esos lugares de manera frecuente fortalecemos el físico y desarrollamos fuerza y resistencia, eso sí, nos deja doliendo las piernas.


Desde la cima del monte al pueblo nos esperaba unos varios kilómetros de bajada, y como había llovido por varios días, el camino estaba como un jabón, lo que nos ponía en riesgo de un resbalón, pero poco a poco, y con unas cuantas resbaladas y con las nalgas llenas de barro llegamos al parque de Palmar; un hermoso pueblo en donde pudimos descansar.


Para mí no hay nada como subir al monte a saborear la frescura del aire libre, a contemplar la naturaleza, y a lograr satisfacción personal al vencer algunos retos, como ejercitar mis pulmones y las piernas, y las ganas de pasarlo bien. 


Muchas gracias amigos por su grata compañía, nos veremos en la próxima aventura.




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JoseFercho ZamPer








lunes, 25 de abril de 2022

Mi filosofía al caminar.

 Es “observar para pensar”.



En el transcurso de mis años, he deambulado sin rumbo por todos lados. Deambular sin rumbo es para mí, la forma de pensar con mejor claridad, el único problema es que a veces me pierdo.

Mis sentidos, sobre todo el de pensar, se ha agudizado un poco más cuando salgo a caminar. Mi cerebro se configura mejor cuando observa la naturaleza viva, de tal forma que, arma sus diálogos internos e interactúa con las piernas, los ojos y los caminos.

El camino inspira en mí, la parte filósofa del cerebro, estimulando también el lóbulo de escritor que se adormece o se desconecta de mis piernas cuando pasan varios días sin hallar el camino de ida a ninguna parte, tanto como el de venida de ese lugar desconocido a donde me llevaron las huellas dejadas por los pies de otros caminantes.

Muchas veces mis pasos solitarios me han llevado a lugares surrealistas que inspiran paseos espectaculares por montañas o por valles, en busca de cascadas o lugares donde podamos liberar las tenciones adquiridas en las ciudades.

Un casi pariente me dijo: “es posible que caminar sea el impulso más humano en busca de libertad a nuestro libre pensar”, pero, “la lentitud de los pasos de muchos al caminar, congelan mi manera de reflexionar”

Desde antes de nacer, ya caminaba por la vida; pues mi madre mantuvo la senda abierta desde sus primeros días en esta vida, como ella decía: “Se pasó toda la vida caminando de arriba abajo con el bulto al hombro y sin descanso”.

Caminar es para mí, el mejor escape a los atropellos de la modernidad, es disfrutar de la naturaleza y de una buena compañía, aunque camine solo con mi cámara y mi alegría.

Allí en el camino se suscitan cosas maravillosas, el pensamiento se conecta con el silencio y el espacio con el tiempo; los pies se hacen uno con el camino y se entienden de maravilla, a tal punto que se deslizan por entre las piedras y la gravilla sin encontrar oposición alguna;

“Caminar se convierte en toda una abertura a la vida”.

Como poseo un espíritu disidente, el caminar se ha convertido para mí, en un acto de rebeldía a mis propias ironías, solitario y revoltoso en contra de mis propias felonías.

En medio de una vida tan salvaje como la que se vive en las grandes ciudades, “caminar” es el remedio a los hábitos no saludables como lo son “El aburrimiento y la domesticación de las mentes”, que desean lograr las nuevas corrientes o formas de pensar diferentes, esas que se transmiten por medio de “Redes disociales o de comunicación insolentes”.

Caminar es un buen paseo por medio de la naturaleza, donde la mente y el cuerpo se alinean con el medio ambiente. Donde la mayor pasión es absorber la naturaleza por entre los ojos y los poros de todo el cuerpo. Es sumergirse entre los arboles y respirar el oxígeno puro y recién fabricado por sus ramas, es beberse el agua fresca y cristalina de los arroyos que se deslizan por entre las peñas desde la cima hasta las orillas del camino por donde nos movemos lelos, ante semejantes maravillas.

Caminar supone una acción de gran sentido social, porque se centra en los caminantes y su medio ambiente, en su historia y su narrativa cuyos actos cotidianos dan forma a su cultura.

Callejear por las ciudades no es mi mayor pasión, pero cuando voy a una de ellas, mi deseo es recorrer sus calles a pie con el deseo de conocer sus parques y avenidas. Tratando de reconocer esos mundos inventados y empapados de nostalgia y poesía, en buscas de conocer mi forma de estar en el mundo.

Caminando podemos reflexionar sobre la soledad y la compañía, sobre el frio y el calor, Como mera curiosidad o de manera espiritual.

Tantos años pateándome las calles y veredas de mi pueblo, tratando de comprender los actuares de mis paisanos y mi reacción frente a ellos, sin lograr entender casi nada. Más, nada de eso está perdido, casi todo ha sido formación para mi espíritu, he conocido “caminos llenos de fantasmas”, casas tan antiguas como mi pueblo, aunque muchas de ellas se las ha comido el abandono.

También he conocido “lugares sin alma” como lo son todos aquellos “elefantes blancos” u obras inconclusas abandonadas por sus constructores que, generalmente son del estado. Y digo “lugares sin alma” porque no tiene ningún doliente, o alguien que las llore. Como son esas carreteras que no nos llevan a ninguna parte, o esos puentes donde no hay ríos, por donde en verdad “ningún caminante ha dejado huella alguna”.

Caminar es un instinto natural, salvaje, animal, es algo que está relacionado con la independencia o libertad, mientras que pasear es algo mucho más social. Por lo que yo invito a los caminantes es a caminar, mientras que a mis amigas las invito a pasear, con tal de lograr un impacto que provoque una experiencia en cuerpo y el alma.

En el mundo nos encontramos con toda clase de personalidades, pero la “querulante” es muy conocida, y tenemos la mala fortuna de toparnos con ellas. Son personas con tendencia a pleitear de forma constante, a sentirse ofendidas y perjudicadas sin base alguna, buscando y reclamando una idea de justicia que solo existe en su mente. A estas personas tenemos que invitarlas a hacer caminatas de alto nivel, para que dejen en la manigua todo su inconformismo con la vida. Encontrarse con este tipo de personas en casi igual que sufrir una invasión alienígena.

Con el resto de las personalidades podemos actuar de manera casi normal y funcional, quiero decir, podemos ir a caminar o pasear sin muchos contratiempos.

 

Estoy celebrando el placer de caminar y el de pasear…

 

JoseFercho ZamPer

Don José de la montaña

 

 

lunes, 14 de febrero de 2022

XX Encuentro Nacional de Caminantes.

 

Este es un evento de gran importancia para los caminantes del país, se espera que este año no haya restricciones que impidan el buen desarrollo del encuentro. Como toda actividad social o cultural en un país, se depende de los eventos que se realizan.

 Todo nuestro país es un gran destino turístico de caminería, debido a la ubicación geográfica privilegiada que se evidencia en su biodiversidad y en una gran variedad climática que lo hace todo un paraíso natural. Nuestra riqueza paisajística, arquitectónica y cultural, antiguos caminos coloniales, y la amabilidad de su gente, nos hacen únicos.

 Esta fecha es muy especial, “todos llegamos ilusionados al evento” sin duda, es la historia de un grupo de hombres y mujeres que desean conformar un pueblo, en una nueva República. Los caminantes tenemos un vínculo con la tierra en todas partes del país.

 Los jóvenes parecen no querer caminar, muchos de los cuales se limitan a ocupar un lugar en las calles para protestar, por lo que se hace evidente el descuido en la salud de muchas personas.

 Cabe anotar que la mentalidad de muchos es bastante pobre, el mundo tiene un gran atraso en cuanto a la mayoría de las vías rurales, pues son trochas o carreteables que en época de invierno se vuelven difíciles de transitar, lo que hace imposible caminar.

 El encuentro con la naturaleza es la esperanza de quienes salimos a caminar al aire libre, observar el verde de las montañas, las aves, la flora y la fauna que desfilan a lo largo de nuestros recorridos, nos alegran la vida.

 Amigo caminante, estamos haciendo patria y juntos descubriremos las más hermosas regiones y disfrutaremos de sus más bellos paisajes naturales, hermosos caminos, y gentes cálidas y amables.

Los agüeros, los mitos y las leyendas hacen parte de la cultura colombiana, los diablos, las brujas y demas espantos hacen parte del acervo cultural e historia de los pueblos por donde caminamos cada día.

 Nuestras cordilleras nos regalan un paisaje bastante quebrado y variados pisos térmicos, ríos y quebradas adornan las montañas y los valles con sus brillantes aguas. Durante nuestras travesías respiramos litros y litros de aire puro, se tonifican los músculos, se alivian los dolores y se fortalecen las articulaciones, además de relajar nuestro espíritu.

El sol nos llena de vitamina D, el ejercicio fortalece el corazón, incrementa la capacidad pulmonar, reduce el riesgo de presión alta, ataques al corazón y mejora el sueño.

 Todos los caminos.

 Hay caminos resbaladizos y pendientes, por lo que necesitamos más sentido de seguridad. Echamos mano de las ramas y todo lo que hay a la orilla del camino para ayudarnos. La vegetación conserva su carácter agreste, los árboles abundan por estas regiones.  

 El camino al principio es suave, pero en la medida que nos adentramos por entre los matorrales y helechos, la cosa se va mejorando. El carácter tropical de nuestro entorno hace que las caminatas sean variadas en cuanto al clima y la vegetación.

 Al medio día el sol es abrasador, en las tardes suele llover y en las noches hace frio. La hermosura de las crestas de las montañas nos hace divagar la mirada, llevándonos con los ojos hasta donde no se alcanza a observar más nada.

 Locos por el mundo a todas horas, haciendo de tripas corazón, recorremos terrenos enmontados, cubiertos de espesa vegetación, a marchas impracticables.

 La violencia que ha azotado el país ha hecho mella entre los habitantes, el hombre ha tomado parte importante en la destrucción de la confianza entre ellos mismos. Muchas veces el andar es una manera de alejarse de los más cercanos. Alejarse de la retórica operante entre las calles de la ciudad.

 Caminar es un proceso místico que marca la vida del caminante en busca de nuevos horizontes. Nuestra única posible salvación, es la geografía humana, las vivencias del caminante, las experiencias de la vida que hay en los viajes camineros.

 A estas travesías a pie invitamos a las generaciones que en Colombia y en el mundo entero están deseando hacer la diferencia.

 Son toda una jornada filosófica e interpretativa de los paisajes naturales y culturales del país, en medio de tierras llenas de mitos y leyendas, tertulias con lugareños y vaquianos de la región, piscinas naturales y abundantes fuentes de agua. 

JoseFercho ZamPer

martes, 8 de febrero de 2022

Memorias de un Caminante.

 


Hoy renace el espíritu aventurero del caminante, un gran grupo se prepara para recorrer los caminos montañosos que siglos atrás recorrieron los pioneros en busca de oro y otros productos de exportación.

Los principales artífices de estas aventuras camineras son los grupos de caminantes de Colombia, cuya magia aventurera nos lleva a reunirnos cada año en algún lugar del país para un encuentro ecológico paisajístico de turismo sostenible.

Caminar o andar a pie es un don.

En el curso de mi vida he practicado el arte de caminar más que cualquier otro arte.

Al llegar al verde bosque y escuchar el canto de las aves, el sonido del viento fresco en la copa de los árboles, ya no puedo quedarme demasiado tiempo sin alegrarme.

Cara a cara conmigo mismo, me maravillo al ver la belleza y la gloria de la naturaleza, entonces me apresuro a conquistar las montañas que opacan mi alma.

Caminando cual camello, como y duermo mientras marcho.

Al vivir tanto tiempo al aire libre, el sol y el viento sin duda, han endurecido mi carácter, quizás seamos más sensibles al crecimiento espiritual y moral que al natural.

Confío en Dios que mis pensamientos sean alumbrados mucho más por las experiencias de la vida que por las meras teorías; porque cuando camino, no solo lo hago por jardines y avenidas.

Aún existen caminos que nos conducen a alguna parte, por donde alguna vez caminamos en busca de crecimiento y libertad.  

La Naturaleza a diseñado su obra a gran escala, la ha pintado de mil colores. Sus cielos son infinitamente azules y su aire más puro.

Soy amigo del bosque, de la pradera y de la noche, en busca de mi horizonte, para no ser esclavo de los hombres y ser llamado por mi nombre.

El hombre acumula una miríada de cosas, los almacena y luego, no sabe qué hacer con ellas, y se da cuenta luego que, se le ha hecho demasiado tarde para dar frutos. Pues sus vidas son como dulce brisa que sin sentirla pasa, sin sabiduría sin inteligencia.

 Los hombres que se esfuerzan se hacen grandes y sus países libres.

 La vida del hombre sobre la tierra es breve, es necesario aprender a disfrutar el tiempo, no a resistirlo.

Caminar nos da paz y mejora la autoestima, eleva la capacidad de asombro y la actitud frente a las dificultades, agudiza los sentidos y fortalece los valores y las habilidades.

 Aquellos que ya caminaron por las sendas del tigre, del león o de la liebre, por los caminos de sus ancestros, aprendieron a cuestionar e interpretar su existencia.

 Por tales sendas caminaron los indígenas, las tropas colonizadoras y los extranjeros que comerciaron con nuestras riquezas.

 Transitar los caminos empedrados que utilizaron los indígenas siglos atrás, nos transporta a un mundo de cuento, donde se hace posible conocer las tradiciones de los abuelos, gracias a los campesinos de las veredas que se han puesto en la tarea de sacarlos a luz, con herramientas como el pico y la pala, la porra y la hachuela.

 Un campesino que solo trabaja bebiendo guarapo, para poder cargar las piedras más pesadas en la obra, es igual al obrero de hoy, quien solo trabaja bajo los efectos de la bareta, o un porro.

 El camino de piedra es un sendero frecuentado por los caminantes y los turistas por que los regresa a sus antiguos lugares y a sus parientes, vivos o muertos, como una extraña presencia.

 El acceso a la naturaleza desde la ciudad en muchos casos se dificulta demasiado, los trancones, las grandes distancias, la contaminación acelerada y el stress terminan desgastando el alma humana; lo que hace que acercarse a la naturaleza sea toda una pesadilla, “el haber estado y no haber disfrutado”.

 ¿Qué sendero ofrece el paisaje más hermoso, qué panorama se contempla desde tal o cual promontorio? Intentamos ponerle lazo y bozal al espíritu aventurero, como deporte o como comercio. Para andar lo que hace falta son piernas, lo demás es superfluo, porque andar no es un deporte es libertad en pleno.

 Caminando vamos en busca de sí mismo, de reencontrarse, de liberarse de las viejas alienaciones para reconquistar el no ser nadie, pero si, un yo auténtico.

 El bosque con quien me encuentro suele enseñarme mucho más que el silencio, al renunciar a tanta información inútil; periódicos sensacionalistas, redes sociales llenas de chismes y novedades ilegitimas, de hecho, me lleva al verdadero conocimiento.

 Para mí, los caminos son ante todo una oportunidad de auto realización.

                                                                                                JoseFercho ZamPer.

 

martes, 1 de febrero de 2022

Luz y oscuridad.

 


La filosofía cree que el hombre es un “ser pensante que realiza el acto de pensar”, un bípedo implume, un animal político, un animal que habla, un animal razonable, un ser que ríe, un ser que juzga, un ser que trabaja y un ser que crea.

 Según la Filosofía, el ser humano es una unidad indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera racional; tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su propia existencia, sobre su pasado, su presente, y sobre su futuro.

 Indiscutiblemente, la filosofía tiene íntima relación con la forma de pensar del ser humano, el pensamiento se convierte en un agente de cambio en la vida del hombre, es ahí donde las ideas nos llevan al éxito o al fracaso.

 ¿Cómo entender los fenómenos del ser humano en lo social, religioso, político y económico?

 Para que dichos fenómenos sean respuesta clara a nuestra vida, es necesario someter a examen nuestra propia realidad, ejercerla con libertad y responsabilidad.

 Por lo tanto, si mantenemos el alma encadenada al cuerpo material, ¿Cómo va a salir de su estado de imperfección?

 Si no luchamos por lograr mayores y más perfectos conocimientos, ¿Cómo evitar caer en los apetitos de un ser insensible y material?

 El destino del hombre trata de encontrar su mayor perfección a través de su libertad. Dios quiere que seamos felices, en función de la satisfacción de las necesidades a través de una relación espiritual, con los demás y con su medio ambiente.

 ¿Cómo entender al otro y a la sociedad?

Al reflexionar sobre nuestras acciones con respecto de los demas, en una situación determinada, aparece la duda.

 Estudiando el razonamiento lógico, vemos las diferencias entre la teoría y la práctica, en definitiva, nos lleva a cuestionarnos para entender y establecer nuevos objetivos con el propósito de identificar nuestro lugar en el mundo en relación con las otras personas.

 Todo hombre está capacitado para reflexionar sobre su propia vida, y nos permite abordar cuestiones que son fundamentales para el desarrollo humano. El hombre de forma natural se relaciona con la realidad que lo rodea, buscando entender, comprender e interpretar su naturaleza.

Solo Dios puede conducir las almas al mejor destino, al hacer la voluntad de Dios con humildad, obediencia y Fe.

 El conocimiento proviene de nuestros pensamientos, por lo que, una persona ignorante reacciona y actúa desde sus instintos, sin pensar en consecuencias. Ser feliz significa autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano.

 La ignorancia es la noche oscura de la mente, sin luna y sin estrellas; porque todo lo que se ignora, se desprecia.

 Racismo, pensamiento o cultura.

Es necesaria una toma de conciencia de nuestro ser y el ser otro, para conseguir un futuro sostenible, una verdadera convivencia.

 La historia de la humanidad muestra el deseo de dominar a los vecinos, y al mundo entero; como un factor psicológico.

 El hombre no es el centro del universo, existe una gran diferencia entre el orden natural y el cultural, la naturaleza humana debe ser controlada.

 El lado oscuro de la luz.

 ¿Estamos listos para oír otros relatos, tienes ganas de debatir sobre otros temas? ¿Hay una verdadera voluntad de cambio?

 Estamos a punto de dejar escapar la carga mortal a sabiendas que, ignorar es sinónimo de morir.

 En algún rincón de nuestra alma se encuentra colgado un diploma de honor, que fuimos ganando paso a paso con sudor y lágrimas tras el paso del tiempo.

 Porque las cosas verdaderamente importantes están bien escondidas entre los recuerdos de la infancia, en medio de los cafetales de mi casa.

 Las montañas, los páramos, los bosques, los valles, las llanuras y hasta los desiertos me han visto pasar como turista por medio de ellos, con pocas cosas a cuestas en busca de mi riqueza interior; porque la soledad y el desierto son hermanos.

 Todos los enamorados de la vida caminamos con pasos suaves y sigilosos en medio de bejucos y grandes árboles que nos susurran misteriosos, en busca del más puro abrevadero para la sed de nuestro espíritu de aventureros.

 “Los largos caminos de mi vida los he caminado en medio de fidelidades, por eso se ven cada vez más hermosos”.

 “Escoged pues vosotros a quien servir, si a la luz o a la oscuridad; a la ignorancia o a la sabiduría”. Si a Dios o a sus propios deseos.

 

JoseFercho ZamPer

sábado, 15 de enero de 2022

Lágrimas de patria.

 Colombia es un país espectacular, genial, maravilloso, lindo, con muchas opciones para ser mejor. Pero justamente con la pandemia las cosas se han ido desmejorando; aunque siempre ha habido demasiada injustica social.

 Salí a recorrer algunos pueblos de la zona norte y occidental de mi querida Colombia, y me he encontrado con unos pueblos muy hermosos y otros no tanto. En este año tuve la bella oportunidad de ir de paseo con mis hijos y familia, una especie de excursión por parte de la costa norte, por Antioquía y luego a Bogotá.

 Somos unos personajes, no como la gente piensa que somos, somos seres muy distintos dentro de una misma región. Unos amorosos, cómplices, confiados, otros muy jodidos, pelietas y hasta amargados.

 Somos el fruto de mamá, de cómo era con nosotros y cómo nos formaron en medio de la sociedad, todo esto conforme al medio donde nacimos y fuimos formados. Nuestras madres son quienes unen a la familia, con su alegre sabiduría, eso sí, con algo de melodrama.

 Es de comprender que cuando se tienen varios años encima, estas travesías se hacen un tanto pesadas, viajar en un vehículo durante 4 o 5 horas seguidas cansa, y si las vías no ayudan, peor aún. La biología, la física y las matemáticas no fallan.

 Estuvimos un tanto perdidos, estos pueblos son un tanto difíciles de encontrar, el cañón del Chicamocha me devora en sudores, el fuego está en sus cielos que ha desnudado sus virginales montes, mutilados por los vientos en todas sus entrañas. De su vientre fluye el agua que refresca y da vida a su agreste paisaje.

                              


 Por las palabras y el sudor de muchos se formó allí una fábrica de dinero la cual solo fluye en un sentido, en el de sus dueños.

 Los gritos de mi más profunda decepción.

 El clima y la peste los han llevado a la muerte, robándoles el tesoro del alma, padeciendo de lo que todavía ha de causar mucha más destrucción; el hambre.

 Desde las alturas podemos observar las entrañas de un vacío escalofriante, que abre sus fauces a los viajantes.

 No son solo los males materiales los que causan dolor sino algo más terrible que el resto la pérdida de sus almas,

 Desde hace siglos, el coraje de sus habitantes es mayor que su ruina, la preocupación inicia con el verano que acaba con la moral en desgracia. El sufrimiento acaba con el espíritu de los materialistas, no solo con sus casas, también con sus cuerpos y sus vidas.

 Debemos elevar no solo un llanto sino también un canto, la mejor forma de expresar la irracionalidad del ser humano sin acabarlo.

 El ser humano no puede ver a Dios sin pagar el precio, no se puede ver la gloria sin cruzar el desierto. Todo lo bueno tiene un alto precio, pero vale nuestro esfuerzo.

 La experiencia nos enseña que la mejor manera de vivir la vida es con un gran sentido del humor y algo de cinismo.

 Cada que lloro me limpio la cara y veo que la gente no cree en la sinceridad de las personas, pues existe la mala costumbre de mentir, engañar y manipular a los demas.

 Basta recorrer el país en vehículo para darse cuenta de la enorme pobreza que hay, mientras otros ríen a carcajadas y se echan en sus bolsillos el dolor y las lágrimas de quienes trabajan, llevándolos a expresar su frustración de manera violenta contra otros ciudadanos.  

 Me desveló el trasiego de unos pasos caminando en silencio hacia la casa, desperté con un murmullo cercano. Gente orando a una hora poco habitual. Entonces recordé que era el día de alguna virgen de por allá.

 A las 8 de la mañana la gente ya estaba alborotada por todo el pueblo, carros en grupos numerosos, se reunían para disfrutar de las fiestas. Gentes de coloridos ropajes se esparcen por todos lados y se mueven con gran jubilo.

 El trabajo más duro de todos, el de los campesinos.

 A las primeras horas del día salen los labriegos a su labor de cultivar las tierras, muchas veces en ayunas, aunque lo habitual es desayunar, pero, a veces por estas latitudes no abunda la comida en el campo, debido a las sequias tan intensas. Entonces, las familias sacrifican algunas comidas del día, entre otras cosas. Mientras los turistas comemos con gusto y aun nos chupamos los dedos. Tarde me percato de que, muchos por allí no tienen nada para cocinar en los próximos días.

 Los alimentos se han triplicado en su precio, además, el verano hace muy difícil producirlos, el clima esta más seco que en otros tiempos, la temperatura se encuentra en su mayoría por encima de los 30 grados centígrados, donde el aire permanece caliente y la superficie de la tierra esta polvorienta en general. Por estos lares el agua dulce es bastante escasa, pero sobreabunda el agua salada.

 Después, al atardecer volvemos a las andadas; disfrutar de la playa, la piscina, una que otra bebida alcohólica, y unos cuantos bocados de la parrilla bastante grasa.

 Por los caminos invisibles del desierto.

 Un sábado andaba vagabundeando por el desierto, un poco raro, me sentía abandonado en medio de la nada.

 Finalmente, tras muchos «apaños» sin que ninguno funcionara bien, toco aprender a disfrutar de la aventura.

 Un poco cansados de deambular por la playa al ritmo de las olas, decidimos sentarnos en la playa para ver el atardecer por al menos una hora más. Un tanto desconectado he recorrido los últimos 4 años estas rutas invisibles.

 Detrás de nosotros viajaba siempre la camioneta de la otra familia de aventuras.  

 En un momento nos encontramos a la orilla de la carretera con una llanta pinchada, de repente se escucha el rechinar de las llantas de un par de tractocamiones que frenan con premura, “habíamos quedado un tanto atravesados en la vía”, un conductor se baja y tras un rápido saludo y unas escuetas palabras, se dirige a mí, se me queda mirando y me dice: “a usted lo vi hace unos años en la playa en Cartagena, estaba con su familia escuchando y cantando vallenatos con unos cantantes en la playa”, me paré un tanto nervioso y traté de entablar algún dialogo con él tratando de entender sus palabras; entonces me explicó el asunto y recordé esos días, mientras este hombre nos ayudaba a desvarar el vehículo. No recuerdo haberlo visto antes, pero sus explicaciones me llevaron a revivir esos momentos y a entender que, hay una conexión invisible con la historia de los viajeros del desierto.

 No son solo mis vivencias, son también las de ellos, porque la indignación también se expresa a través de la indiferencia. 

 La desigualdad entre los humanos está a la orden del día en el mundo entero, en cada lugar se manifiesta de forma diferente, y por ello la lucha se afronta de forma distinta.

 Por tanto, no se trata de una comparación entre regiones, por respeto a la gente es solo una opinión, por desgracia, estas dificultades son bastante recurrentes en diferentes zonas del país, especialmente en las rurales.

 Serán solo casualidades de la vida, o, todo pasa por algo.

 Pero hoy con indignación digo que, en este país los valores se han estado perdiendo, por desgracia, la desigualdad es palpable y las diferencias son abismales. La desigualdad es la misma, manifestándose de diferentes formas de lucha.

 Me gusta la música en compañía, me gustan las plazas de los pequeños pueblos, me encantan los atardeceres en la playa, el sol acercándose al horizonte, me gusta compartir esos momentos con mi familia y amigos, tanto como salir a caminar de la mano de una mujer. Sin, duda, queda mucho por hacer.

                                       

"Los rayos del sol te pueden cegar”, sobre todo cuando debes caminar durante días bajo temperaturas tan altas, y en verano, esto les pasa a muchos de quienes viven en tierras costeras, y con trayectos montañosos y escabrosos, donde las ayudas no llegan.

 "Después de todo, la flora y la fauna es el medio ambiente de todos los seres vivos”; como son los cactus, los escorpiones y las víboras, que se camuflan en nuestro medio para morderte si te descuidas; o a muchos simplemente los desaparecen.

Necesitamos dejar atrás la retórica que hemos estado oyendo en este año de pandemia y elecciones, para hacer algo real y útil por la Colombia abandonada a lado y lado de las vías por donde nos movemos cada día.

 Eso es lo que mas vi durante el viaje, casas medio construidas, carreteras semi pavimentadas, casi destruidas, personas en todos los lugares y tiempos pidiendo una ayuda para comer, para llevarle algo a su familia, tanto aquí como en otros lugares. Igual en Santander, en la costa, en Antioquia, en Bogotá como en Boyacá; la indiferencia y la desigualdad parece ser el común denominador en nuestro hermoso país.

 ¿Que si disfruté? Me preguntas tú, Claro que sí, pues he aprendido a ser feliz pece a las dificultades de la vida, pues, yo mismo he aprendido a comer como a aguantar, a reír como a llorar, y a ser feliz con lo que hay. De lo contrario y estaría al otro lado, en el Sheol.

 Que el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo… él mismo nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca en este mundo de los vivos, para así no padecer en el de los muertos. Amen.


Un hombre solo no tiene motivos para luchar, solo para sobrevivir...

 

Socorro, Santander, Colombia.

Enero 15 de 2022

JoseFercho ZamPer