domingo, 28 de abril de 2019

El sonido de mis pasos al caminar.


Un camino lo es todo, porque nos lleva a donde queremos ir, no se interpone a nuestros deseos, por el contrario, nos proporciona los medios para llegar.      
Le gusta ser visitado por los caminantes, aunque hay muchos que son indiferentes con él, pues solo miran a otros pasar.  

Muchos decidimos caminar bajo el sol y le ponemos ganas a la voluntad, con tal de alejarnos un poco del mundanal ruido y llenar con el verde natural, ese profundo vacío que se va abriendo en nuestro espíritu mientras luchamos nuestras propias batallas por lo material.
En este mundo hay muchos caminos, y un sinfín de misterios nos rodean al caminar, desde el cielo una señal nos guía mostrándonos las trochas por donde debemos pasar.
Después de los primeros pasos, todo va quedando atrás; nuestros problemas y angustias, nuestras penas y demás.

El paisaje es un alivio, a nuestros ojos les da paz, descansa mi cuerpo con las caricias del aire puro al respirar.  
Así se van pasando los días, unas veces son difíciles, no quisiera caminar, pero ya en el camino, mis pies empiezan a andar. Si me salgo del camino, me podría extraviar.
Mi mente hoy está tranquila, mi cuerpo muy sano está, no hay miedos que me dominen, nado en el mar de la tranquilidad.

Cuesta arriba y ritmo lento, mis pulmones se adaptan a la ansiedad, mis pies de plomo se mueven ligeros, mis oídos escuchan las aves volar, de pronto se oye el rugido del viento, mi corazón se acelera queriendo llegar.
Los pasos del otro atrás titubean, la cuesta se empina impidiendo avanzar, la senda se angosta mis pasos son lentos, me aferro a las rocas en el tramo final.

La montaña corono cual noble guerrero, mirando no encuentro a mis compañeros, se han agotado, se quedaron atrás, cada uno a su ritmo avanza ligero, disfrutando el paisaje y su soledad.

Bueno es el camino con el caminante, el bosque espeso refresca mi andar, al observar su belleza en el horizonte, todo bajo el cielo chispea creatividad.
El valle lo cruzan dos ríos ligeros, al fondo se observa su bello caudal, huellas de gaviotas en la arena caliente, senderos formados por árboles gigantes, absorben la luz del sol matinal.
Las sombras anuncian, la hora de llegar.


JoseFercho ZamPer 




2 comentarios:

  1. Un excelente trabajo, el conjunto de sonidos al compás de los pasos invitan a seguir en esta locura, que todo lo cura.

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    1. Hermoso el poema y el video cautivan y motivaa a seguir caminando

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